Mario Monteforte Toledo, con su formación de sociólogo y sus dotes de escritor, buscó formas para adrentarse en la vida comunitaria indígena, esto le llevó a observar altos niveles de embriaguez en varias regiones indígenas. Posteriormente, planteó que el alcoholismo público en estos pueblos no podía ser interpretado superficialmente ni ser reducido a problemas individuales, que golpeaban a una mayoría de hombres y a una minoría de mujeres indígenas, sino que dada la forma en la que se ha extraído la riqueza en el país, a partir de la colonización que implicó el despojo de las mejores tierras y el control de la mano de obra indígena, por la fuerza o medios formales, cualquiera que se acercara a la historia encontraba que el alcohol, como herramienta de control y vasallaje jugaba un rol importante.
Por eso, Monteforte planteó que el alcoholismo en el mundo indígena debía ser analizado como un fenómeno social que oprimía y sometía a los indígenas como colectividades, porque era un mecanismo fácil para mantenerlos atados a las fincas, generando riqueza a costa de sus vidas sin que pudieran rebelarse. Macabro sistema económico y político el que colonizó a estos territorios, porque buscó doblegar a través de métodos eclécticos que implicó la utilización de la religión, el alcohol, la violencia, la ley, entre otros.
El alcohol fue introducido de manera estratégica por terratenientes, incluyendo a órdenes religiosas que durante la Colonia controlaban extensas propiedades y necesitaban mano de obra cautiva para hacerla producir, por eso, les pagaban a los indígenas con alcohol. Desde entonces hasta hoy, el alcohol ha desgarrado la vida de pueblos y ha ayudado al sistema económico a mantener a los “indios” como masas de trabajadores, quienes envueltos en procesos de degradación, no pueden salir de la pobreza, lo que dificulta que generaciones jóvenes accedan a otros procesos de vida.
Pero además, el alcohol ha perpetuado el sistema machista que oprime y coloca a la mujer en condiciones de más opresión de las que ya vive. Por la historia de colonización que hay detrás del alcohol y los daños causados a las comunidades indígenas del mundo, la medida que asumió el pueblo de Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango, a través del acta 14-2008, en la que prohíbe la venta de bebidas alcohólicas en el municipio, es una enseñanza que muestra que cada pueblo tiene el derecho a descartar de su historia lo que oprime.
Que las personas tubieran conciencia y se tomara el ejemplo de todos santos reo que en Guatemala no existiera tanta explotacion pero desde el 2008 a la fecha que se a echo?????
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